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Facebook vs Twitter: ¿Cuántos amigos tienes?

Resumen

  • Parece existir un número limitado de contactos que podemos mantener.
  • Estudiando la interacciones en las redes sociales parece comprobarse este límite.
  • El límite, sin embargo, no vendría por el número de contactos, sino por las interacciones regulares.


Ateniendo al número y la cantidad y diversidad de personas que andan por Tuenti, Facebook o Hi5, el éxito de las redes sociales en España y Latinoamérica parece innegable. Millones de personas han establecido contacto, y se escriben diariamente en sus muros. Nunca fue tan fácil tener amigos (aunque por desgracia, el grupo de Facebook SOY ROBERTO CARLOS Y QUIERO TENER UN MILLON DE AMIGOS solo tiene 65 contactos). Lo interesante es que es relativamente sencillo estudiar las relaciones en estos servicios, así que las preguntas que varios se han hecho son obvias: ¿cuántos amigos tenemos en las redes sociales? ¿son más que los que tenemos en nuestra vida analógica?


El Número de Dunbar

José Miguel Santos me pasó hace unos días un enlace a un artículo de The Economist titulado Primates on Facebook: The size of social networks:

«Several years ago, therefore, Robin Dunbar, an anthropologist who now works at Oxford University, concluded that the cognitive power of the brain limits the size of the social network that an individual of any given species can develop. Extrapolating from the brain sizes and social networks of apes, Dr Dunbar suggested that the size of the human brain allows stable networks of about 148. Rounded to 150, this has become famous as “the Dunbar number”».


En español, y según la Wikipedia, el Número de Dunbar es «la cantidad de individuos con los que una persona puede mantener una relación estable. Dunbar teoriza que este valor, aproximadamente 150, está relacionado con el tamaño del neocórtex cerebral». Dunbar realizó varias investigaciones que confirmarían ese límite en diversas épocas de la historia humana. ¿Ha cambiado con el advenimiento de las redes sociales?


Facebook

El artículo de The Economist cita números de Cameron Marlow, de Facebook. Según Marlow, el número medio de contactos en Facebook es de 120 amigos, y las mujeres tienen algo más de contactos que los hombres. Sin embargo, destaca el artículo, hay personas con 500 o más contactos. ¿Significa eso que sobrepasamos ya el límite de Dunbar? No, si atendemos a los detalles. Una cosa es el número de contactos y otra las personas con las que realmente interactuamos en las redes sociales. Según Marlow, los hombres con una media de 120 contactos solo interactúan regularmente con 7 amigos; las mujeres, con 10. Los hombres con 500 contactos interactúan con 17 personas, y en cambio si se tratan de mujeres, con 26.


Twitter

Curiosamente hay un estudio sobre Twitter que nos sirve para comparar las dos redes sociales Publicado en First Monday por Bernardo Huberman et al, Twitter under the microscope (Fernando Tricas lo reseñó en Twitter bajo el microscopio). Este estudio utilizó un conjunto de datos compuesto por casi 310 mil usuarios. El usuario medio de Twitter ha escrito 255 entradas, posee 85 seguidores y sigue a 80 usuarios, lo que supone una media inferior a la de Facebook.

La pregunta de Twitter es qué estamos haciendo, pero una buena parte de los usuarios lo usamos más bien como un lugar para charlar. El 25% de los mensajes en Twitter están dirigidos a otros usuarios (contienen el @fulanito). Esta funcionalidad es relevante para la comparación con Facebook, porque Huberman et al. definieron como amigo aquel contacto al que al menos nos hemos dirigido en dos mensajes. En la siguiente gráfica muestran el número de amigos según el número de contactos:

20090229huberman-twitter

Como se puede ver, aunque una persona tenga 1000 contactos, realmente hay un límite de entre 30 y 40 amigos con los que mantiene una comunicación regular. Para 120 contactos, el número de amigos en Twitter es de unos 20, duplicando la cantidad en Facebook.


¿Para qué sirven las redes sociales?

En el artículo de The Economist, Lee Rainie, director de la empresa de encuestas Pew Internet, sugiere que en las redes sociales hacemos pública nuestra vida a un círculo más extenso de personas, pero que no formarían parte del entorno de amistades más cercanas de Dunbar. Por su parte, Juan Ignacio Martínez, del Instituto de Empresa, en su entrada sobre El número de Dunbar nos deja con algunas preguntas para reflexionar:

«¿Para qué vale tener cientos de contactos en cualquier red social? ¿por qué los tenemos? Si es cierto lo que Robin Dunbar nos indica ¿para qué la redes sociales? Total nos saturaremos enseguida; si tenemos muchos contactos con los que no interactuamos, entonces, ¿cuál es su función final?»

Una respuesta interesante, como siempre, de la mano de Many 2 Many: Are social networks a collecting game?

«Social networks show you the number of friends you have, and the number of connections you've 'earned' by having those friends. This simple feedback mechanism encourages some people to think of a social network as a 'game' with the goal of 'collect the most friends with the greatest number of connections».

Según esta proposición, nos tomaríamos las redes sociales como juegos donde los puntos serían el número de conexiones, y competiríamos por ver quiénes consiguen mayor puntuación (mayor cantidad de contactos).

¿Diversidad cultural?

¿Por qué hay diferencias entre el núcleo de amigos en Twitter y en Facebook? ¿Es una cuestión de cómo se hacen las cuentas, Twitter es más sencillo de usar o hay diferencias entre la cultura de Facebook y la de Twitter? Sería interesante realizar una comparativa entre países, y comparar países nórdicos con países del mediterráneo, donde (al menos según el tópico) somos más abiertos.

El artículo de The Economist no terminó por responder la cuestión de fondo, es decir, si Internet y las redes sociales nos hacen más amistosos. Tengo la impresión de que, aunque es posible que existan ciertas limitaciones neurológicas, y que realmente mantengamos un círculo pequeño y controlable de amistades cercanas, Internet nos está permitiendo añadir muchos niveles adicionales de amistad (desde el amigo/enemigo íntimo, hasta el simple conocido). Se me ocurren beneficios evidentes de que esto fuese así, como hacer más complicada la identificación de el otro, el diferente, el extraño. Pero, ya se sabe, que no siempre exprimimos el potencial de las herramientas y que la mente humana tampoco es un prodigio de la coherencia. Y sin embargo...

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