Ayer hablando con Pedro Jorge y Fernando Tricas estuvimos reflexionando sobre los resultados del Referendum sobre el Tratado de la Constitutión Europea. Nos llamó la atención que -al menos es mi impresión- en muchos sitios de Internet se apostó por el no. Sin embargo, el voto del sí fue contundente. Una de las conclusiones que podemos extraer es que los que apoyaban el no se movilizaron mucho más que los del sí (¿por qué?) y en segundo lugar, que no parece que Internet (y menos aún la blogosfera) sea todavía lo suficientemente poderosa como para cambiar la opinión mayoritaria de los contribuyentes. Lo cual es lógico si hacemos caso a las cifras de penetración de la Red en España.
Saco este asunto a colación porque en alguna ocasión me he quejado del triunfalismo algo desmesurado del supuesto poder de la blogosfera a este lado del charco. Es normal que sobredimensionemos aquello que apreciamos, pero -aún siendo optimistas e incluso evangelistas del fenómeno- hay que tratar de ser objetivos. Por ejemplo, elpauer.org se pregunta «qué extraño poder ve la gente en los weblogs y el RSS» en ¿Volvemos a 1998?:
«¿Entonces qué? Pues creo que va a ser simplemente que están de moda y que ahora hay mucha más gente conectada a Internet, así que cualquier cosa tiene una mayor audiencia. En
fin, que me parece que los blogs no aportan demasiadas novedades ni
ventajas al lector, y por eso vaticino que pasada esta “oleada” de moda
de blogs, las cosas volverán a su cauce: habrá blogs que hayan tenido
éxito (pero no por ser blogs, sino porque interesan a la gente; podrían
haber sido páginas web de toda la vida) y blogs que no (y que
desaparecerán o quedarán muertos ahí)».
Le responde en los comentarios el Consultor Anónimo:
«Creo que lo que comentas de que “cualquiera puede tener un blog” es un
factor diferencial con las webs “tradicionales". Los blogs suponen
eliminar la barrera de entrada “tecnológica” para publicar contenidos.
De esta forma, son estos últimos los que toman la delantera».
Estoy de acuerdo con que hay una moda (aunque no pasajera) pero para entenderla es determinante comprender que rebajamos la barrera tecnológica de entrada al web. Cuando Gutemberg inventó la imprenta no inventó al mismo tiempo los libros, ya existían. La imprenta fue un salto cuantitavo, que permitió realizar copias de libros en tiempos muy cortos, lo que favoreció la extensión del conocimiento, la necesidad de la alfabetización y la jubilación anticipada de los monjes escribanos (como a José Luis le gusta tanto mencionar ;)
Con los blogs sucede algo similar: al ser tan fácil publicar, al no necesitar conocimientos de HTML, ni de dominios, ni FTPs, ni DreamWeavers, solo darse de alta y teclear, esto ha animado a muchas personas a lanzarse a la blogocosa. La actualización periódica de contenidos, animó a otros lectores a sumarse al fenómeno, y estos a otros, y estos a otros... al final tenemos a mucha gente enganchada a los blogs por diferentes motivos.
En mi opinión, vamos de un web estático a una dinámico, de un web con embudo (modelo de portales) a uno de entrada abierta (buscadores), de un web con una relación de creadores de contenidos/consumidores muy grande a otro donde la participación es mucho mayor, donde los gestores de contenidos se hablan entre sí y la agregación de contenidos, por exceso, gana enteros.
En definitiva, no debemos exagerar, ni minimizar, el impacto actual de los blogs.